lunes, 26 de enero de 2009

El truco del cepillo dental.

¿Nunca se han preguntado porqué cada seis meses hay un nuevo anuncio comercial en la televisión sobre un nuevo cepillo dental? ¿Porqué cada nuevo cepillo dental que aparece trae una nueva ‘habilidad’ especial?
Que este cepillo trae cerdas azules, que este otro trae un mango especial para que lo agarres bien, que aquel trae cerdas cruzadas, que este otro trae limpiador de lengua y que aquel otro ondas vibradoras… en fin; mi duda es que si esas cualidades son tan buenas ¿por qué desaparecen en el cepillo que le superará después?
O sea que el cepillo no era tan genial como decía el anuncio.



¿O porqué no juntan todas esas cualidades innovadoras y fabulosas en un solo cepillo y ya? Bueno, quizás no todas por espacio y porque unas anulan a otras; pero las que puedan acomodar, por ejemplo:
Que tal un cepillo del color que te guste, fluorescente (para que ilumine el interior de tu boca… ¡Oh no! Acabo de regalar una idea de millones, dentro de seis meses van a salir los cepillos fluorescentes, es una predicción, pero que conste que la idea fue mía.), con agarrador especial flexible, cabeza giratoria, cerdas azules cruzadas, unas más largas que otras, limpiador de lengua, ondas vibradoras y que de una vez sea eléctrico para que no te esfuerces. A ver genios, ¿porque no fabrican un cepillo así? ¿No verdad? ¿Para que echar a perder tan buen negocio? Fingen que la más reciente cualidad del nuevo cepillo se les ocurrió hasta que el otro ya estaba fabricado (y vendido) porque si nos dan todo en un solo paquete el precio del cepillo subiría unos centavos relativamente a su costo actual que el usuario pagaría sin reclamo pero ellos perderían mucho más al final porque cada modelo de cepillo que aparece cuesta más que unos centavos que el anterior lógicamente, por ese detalle nuevo espectacular que trae.



Pienso que es como vender un auto en partes porque así le ganan más, pero quizás estoy equivocado; de lo que si estoy seguro es que no importa que cepillo usemos, ya sea el más sofisticado o el más simple, si lo usamos como debemos, obtendremos los mismos resultados. Digo yo pues; no soy odontólogo.
Recuerden que la idea del cepillo dental fluorescente es mía, si alguien me la roba tendré que inventar otra como la del cepillo con expendedor automático de pasta dental… ¡Oh no! ¡Maldición, otra vez!

No hay comentarios: