Tengo ya como un par de años de no ir a un concierto... Ni recuerdo a cual fue el último al que asistí. Y el año pasado, por razones de trabajo, me perdí el concierto de los Héroes del Silencio. Perderme ese concierto si me dolió en el alma y todavía me duele porque era el de la despedida de esta banda. Bueno, el asunto es que el viernes 24 de este mes tenemos aquí en Guatemala otro concierto de la banda argentina Rata Blanca. Sinceramente yo no soy tan, tan, tan fanático de esta banda porque en realidad son pocas las canciones que les conosco y las que más me gustan son sólo tres, las más escuchadas: Volviendo a casa, Mujer amante y, mi favorita, La leyenda del hada y el mago.
Y si alguien me pregunta que si vale la pena pagar el precio de la entrada por sólo tres canciones que conoces mi respuesta será: Claro que sí. En el caso de Rata Blanca lo vale porque es una banda rockera de estupenda calidad y el espectaculo que ofrecen es exquisito, musicalmente hablando, así que si te gusta el heavy metal y aunque nunca hubieras escuchado una canción de Rata Blanca en toda tu vida, de todas formas te gustará el concierto...
Además ver y escuchar a Walter Giardino cuando hace averías con la guitarra es un show que no se ve todos los días.
Los que han ido a los conciertos anteriores de Rata Blanca saben de que hablo cuando digo que Giardino juega con la guitarra, es muy rápido, habilidoso y mientras toca le sonríe al público y pone una cara se satisfacción así como de "...mírenme, que bueno soy!..." o "...no me aburro de ser un maldito (en el buen sentido y sin ofender a nadie) tocando guitarra..." o "...aunque no lo parezca pero estoy pensando en otra cosa..."
En este momento no recuerdo el nombre de la banda que viene de Nueva York (creo) para tocar también en este concierto y por Guatemala tendremos nada más y nada menos que a Toba (no faltara aquel que quiere presumir de rockero conocedor pero que no sabe quienes son y que canciones tienen).
Bueno, si Dios me lo permite, el viernes los veo en el concierto...
¡QUE VIVA EL ROCK!
lunes, 20 de octubre de 2008
martes, 7 de octubre de 2008
Conducir es un placer...
Yo soy amante de los autos. ¡Me encantan los autos! Soy admirador de su tecnología e ingeniería. Me gusta lo que son y para lo que sirven. Me gustan desde los clásicos hasta los modernos; desde los pequeños hasta los grandes... en fin, ¡Me encantan los autos!
Pero mi debilidad son los vehículos de diseños aerodinámicos y de motores capaces de alcanzar altas velocidades. No hay nada como un auto deportivo. Y entre más veloz, mejor. Desde que aprendí a conducir me ha gustado la velocidad. ¡Y me encanta conducir! Insisto... ¡Conducir es un placer!
Yo debería haber sido piloto de autos de carrera. ¡Me encantan la velocidad!
Me fascinan las maniobras que realizan los pilotos de racing y me encantan las películas que tienen persecusiones en autos. Tampoco crean que soy fan de "The fast and the furios" (o Rápido y Furioso), la primera fue muy buena pero si de películas se trata creo hay otras cintas que tienen mejores persecuciones o carreras de autos como... no, ese es un tema muy extenso; mejor lo dejo para una futura entrada.
¡Es que me encanta conducir! ¿Y es que qué podría ser mejor que conducir el auto de tus sueños?
Bueno eso depende de la persona... en mi caso podría ser: conducirlo directo hacia (y sobre) mi suegra... entre otras cosas.
Hay una infinidad de estilos y modelos de autos muy modernos y preciosos como el Ferrari (cualquiera, todos son hermosos)...
o el (Ford) Mustang...
o algún BMW...
pero mi favorito es nada más y nada menos que el Lamborguini. Creo que el detalle de las puertas que se abren para arriba es una de las cosas más geniales que se le hayan ocurrido a Lamborghini (aunque ya otros le han copiado la idea), por eso es que me encantan estos autos y mi Lamborghini preferido es el Lamborghini Diablo.
Aunque su producción se limitó de 1990 a 2001 (y en su mayoría sólo por pedido) creo que el Diablo es uno de los vehículos más bellos que ha existido.
¡La mitad de mi reino por un Lamborghini!
Claro que con lo que vale mi reino no alcanza ni para comprar uno de los escuditos con el torito que es logotipo de dicha marca de vehículos; pero si alguna vez la vida quisiera concederme, por medio de un milagro celestial o porque yo tenga la suerte de liberar a algún genio atrapado en una botella, o más díficil todavía... porque yo me gane el premio mayor del Bingotón Millonario dentro de unos 9 años (porque dentro de 9 años aproximadamente el monto acumulado del premio mayor ya va a ser de unos Q 6,099,577.42 debido a que nadie se lo gana) o por el método que sea que la vida quiera concederme algo material y único que siempre he deseado desde que supe que existía definitivamente eso sería un vehículo de la casa Lamborguini y no tiene que ser precisamente el Diablo... puede ser uno más reciente porque no me gusta ser exigente.
Por supuesto que eso nunca va a suceder pero soñar es gratis. Y subrayando esto último... si no puedo tener un Lamborghini Diablo, por lo menos que sea un Lamborghini Múrcielago (no le pido nada a la vida).
O sino un Gallardo que sigue síendo bellísimo.
O sino pues la más reciente creación de Lamborguini no me caería nada mal... un Lamborghini Reventón el cual es una increíble obra de arte: es un híbrido entre un auto y una nave espacial. (En realidad, a fecha de hoy el Lamborghini más reciente es el Estoque pero creo que el diseño no es muy bueno, al menos a mí no me gusta tanto como el Reventón.)
Este automóvil es simplemente... bello. Sólo con soñar en conducir uno de estos yo me... emociono. ¡Es que me encanta conducir!
Pero mi debilidad son los vehículos de diseños aerodinámicos y de motores capaces de alcanzar altas velocidades. No hay nada como un auto deportivo. Y entre más veloz, mejor. Desde que aprendí a conducir me ha gustado la velocidad. ¡Y me encanta conducir! Insisto... ¡Conducir es un placer!
Yo debería haber sido piloto de autos de carrera. ¡Me encantan la velocidad!
Me fascinan las maniobras que realizan los pilotos de racing y me encantan las películas que tienen persecusiones en autos. Tampoco crean que soy fan de "The fast and the furios" (o Rápido y Furioso), la primera fue muy buena pero si de películas se trata creo hay otras cintas que tienen mejores persecuciones o carreras de autos como... no, ese es un tema muy extenso; mejor lo dejo para una futura entrada.
¡Es que me encanta conducir! ¿Y es que qué podría ser mejor que conducir el auto de tus sueños?
Bueno eso depende de la persona... en mi caso podría ser: conducirlo directo hacia (y sobre) mi suegra... entre otras cosas.
Hay una infinidad de estilos y modelos de autos muy modernos y preciosos como el Ferrari (cualquiera, todos son hermosos)...
o el (Ford) Mustang...
o algún BMW...
pero mi favorito es nada más y nada menos que el Lamborguini. Creo que el detalle de las puertas que se abren para arriba es una de las cosas más geniales que se le hayan ocurrido a Lamborghini (aunque ya otros le han copiado la idea), por eso es que me encantan estos autos y mi Lamborghini preferido es el Lamborghini Diablo.
Aunque su producción se limitó de 1990 a 2001 (y en su mayoría sólo por pedido) creo que el Diablo es uno de los vehículos más bellos que ha existido.
¡La mitad de mi reino por un Lamborghini!
Claro que con lo que vale mi reino no alcanza ni para comprar uno de los escuditos con el torito que es logotipo de dicha marca de vehículos; pero si alguna vez la vida quisiera concederme, por medio de un milagro celestial o porque yo tenga la suerte de liberar a algún genio atrapado en una botella, o más díficil todavía... porque yo me gane el premio mayor del Bingotón Millonario dentro de unos 9 años (porque dentro de 9 años aproximadamente el monto acumulado del premio mayor ya va a ser de unos Q 6,099,577.42 debido a que nadie se lo gana) o por el método que sea que la vida quiera concederme algo material y único que siempre he deseado desde que supe que existía definitivamente eso sería un vehículo de la casa Lamborguini y no tiene que ser precisamente el Diablo... puede ser uno más reciente porque no me gusta ser exigente.
Por supuesto que eso nunca va a suceder pero soñar es gratis. Y subrayando esto último... si no puedo tener un Lamborghini Diablo, por lo menos que sea un Lamborghini Múrcielago (no le pido nada a la vida).
O sino un Gallardo que sigue síendo bellísimo.
O sino pues la más reciente creación de Lamborguini no me caería nada mal... un Lamborghini Reventón el cual es una increíble obra de arte: es un híbrido entre un auto y una nave espacial. (En realidad, a fecha de hoy el Lamborghini más reciente es el Estoque pero creo que el diseño no es muy bueno, al menos a mí no me gusta tanto como el Reventón.)
Este automóvil es simplemente... bello. Sólo con soñar en conducir uno de estos yo me... emociono. ¡Es que me encanta conducir!
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