miércoles, 3 de septiembre de 2008

¡No es que mi radio esté descompuesto!

Erase una vez, hace muchos años en un país llamado Guatemala, en una época en donde el equilibrio de los géneros musicales en las frecuencias radiales era balanceado, existían emisoras de esta índole que tenía una programación orientada al género del rock. Los que saben de que estoy hablando se recordarán de emisoras como Atmósfera 96.5, Metrostereo 102.9 o Radio Fénix, no recuerdo la frecuencia de esta última y la última que quedaba: La Marca 94 FM.
No creo que sea difícil entender porque desaparecieron, lo difícil es aceptar que no hay nada bueno que escuchar en la radio.


Quienes me conocen saben que soy un tipo con complejo de extraterrestre y hábitos nocturnos al estilo murciélago (pero no como Batman, yo quisiera pero no) y gozo (porque no padezco, gozo) de insomnio desde hace muchos, muchos años.
Bueno, pues hace muchos años cuando empecé a desvelarme descubrí la programación rockera que la Metro transmitía en la madrugada. El locutor en ese turno era George Hamilton y a todos los desvelados nos contagió con su célebre slogan "El sueño no existe". Creo que su programa ya se llamaba Insomnio Masivo en ese año, no recuerdo bien pero más o menos fue por ahí por el 97; lo que sí recuerdo es que la dinámica era que él recibía tres llamadas, los tres oyentes pedían una canción y después de leer unos cuantos mensajes que los oyentes le enviaban, George ponía a sonar las tres canciones que le habían pedido.
Eso sí, ¡Era una locura intentar agarrar línea! Como al terminar la tercera canción de cada bloque todos llamaba al mismo tiempo...
Algunos de los radioescuchas usaban un sobrenombre y como a donde fueres haz lo que vieres, yo también me puse uno como buen copión. (Ahora que lo pienso eso era algo infantil... pero fue divertido, habían unos bien originales.) Para ese entonces mi lema era "Yo vivo de noche" y al descubrir ese rollo me di cuenta de que no era el único que estaba despierto a horas no adecuadas.
El tiempo pasó y el programa cambió de horario, de nueve de la noche a doce, creo, lo bueno es que conservó la misma dinámica por mucho tiempo. Todavía me sorprende la increíble cantidad de personas que conocí gracias a Insomnio Masivo porque aunque yo también escuchaba la radio en el día, el turno de la noche-madrugada era el mejor. Por eso fue que me dolió tanto cuando desapareció la Metrostereo.


Es inexplicable lo que sentí un día que encendí la radio, ubiqué el dial en el 102.9 y escuché la famosa e incompresible "Gasolina" (yo en realidad no le encuentro sentido) del tal Daddy Yanqui...
Recuerdo que mi expresión inmediata fue: "!¿Que demonios...?! Después pensé que había sido un "Lapsus Stupidus" del programador de turno y que la siguiente canción retomaría el buen camino siempre. Pero resultó que no, ni la siguiente ni la que sonó después de la siguiente. A la tercera canción de perreo mejor apagué el radio.
Como una o dos horas después lo encendí otra vez y seguía el mismo tipo de música, ya después me enteré bien del cambio de género musical que sufrió la radio y que decepción! Después de mucho tiempo, un día escuchando la Atmósfera descubrí que George se había agregado al staff de esa radio pero, al igual que en la anterior no pasó mucho tiempo para que el asesino serial de radios rockeras en Guatemala eliminara a esta estación.
Y la última que quedaba era La Marca y también se fue horrible.


¡Por eso ya no escucho radio!
No es que mi radio esté descompuesto, es que no hay nada bueno que escuchar en la radio. Cada loco con su tema y cada quien con sus gustos pero si se trata de tonterías como el fresa pop, el dis que rock solo de pantalla o el maldito reggaetón yo paso.